"En noviembre de 2016, el PNV presentó en el Congreso una propuesta de reforma de la Ley de Secretos Oficiales. (...). Supone superar la aberración constituida por el hecho de que la ley vigente, la de 1968, sea la Ley de Secretos Oficiales de una dictadura; la reforma planteada nos aproxima, en cuanto a conceptos y prácticas, a las democracias de nuestro entorno."
"(...) todo en ella estaba orientado, no a la protección de los derechos del ciudadano, sino a la de la seguridad del Estado, de la nación, de la causa pública, de la colectividad nacional..."
"(...) las autoridades con capacidad para clasificar documentos eran el Consejo de Ministros, el jefe del Alto Estado Mayor y los jefes de Misiones Diplomáticas en el extranjero. Pero nadie rendía cuenta de sus decisiones; peor aún, eran ellos los que decidían la clasificación como secreto oficial y solo ellos podrían levantarla. Por último, no se contemplaba plazo alguno para la desclasificación. De modo que, a diferencia de lo que sucede en cualquier país democrático, los secretos oficiales en España pueden ser eternos."
"Cierto que no existe prohibición expresa para la desclasificación de documentos una vez el Gobierno constate que ello no supone peligro alguno para la seguridad del Estado, Por ello, una ministra de Defensa, (...) Carmen Chacón, promovió en 2011 la desclasificación de 10.000 documentos relativos a la política interior y exterior del franquismo entre 1936 y 1968. (...) el posterior ministro de Defensa del PP, Pedro Morenés, paralizó la desclasificación, argumentando que se trataba de una tarea no prioritaria que conlleva un trabajo excesivo y generaría 'ruido excesivo'. (...) lo más significativo del caso es la argumentación del ministro, contraria a dos de los pilares fundamentales de la democracia: el derecho de acceso a la documentación pública y el principio de la libertad de expresión, reducido ahora a una cuestión de 'ruidos'."
"La política de las prórrogas continuas de la actual propuesta del PNV no es, mucho nos tememos, más que el colofón de una larga trayectoria involucionista, que solo puede entenderse desde el supuesto de la falta de sensibilidad democrática. Así de simple, así de sencillo, así de brutal."
"En la experiencia más avanzada, la de Suecia, todo documento se considera, en principio, público, aunque quepa la clasificación de algunas frases especialmente sensibles, Y todo ciudadano tiene derecho a reclamar un documento sin necesidad de explicar por qué o para qué lo quiere."
Notas extraídas del artículo "Secretos Oficiales: una cuestión de salud democrática", Ismael Sax Campos. Publicado en La Aventura de la Historia, no. 226, Agosto de 2017, págs. 10-11.
Foto de Claudio Álvarez.
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